Árboles muertos, árboles secos
Los árboles secos causados por infestaciones o incendios forestales, por ejemplo, solo deben talarse cuando hay muchos. Algunos árboles muertos son valiosos para la diversidad ecológica y no deben tocarse.
Los árboles secos son sólidos, duros y quebradizos y tienen poca resistencia en la bisagra. También pesan menos y, por lo tanto, pueden ser más difíciles de derribar.
Como la madera está muy debilitada, debe talar el árbol en la dirección natural de derribo. Haga la muesca direccional más profunda de lo normal (hasta 1/5 del diámetro del árbol es una profundidad razonable). Si el árbol es muy grueso, puede reducir la cantidad de madera en la bisagra con un corte por penetración en la muesca direccional.
Sierre el corte de derribo como de costumbre. Utilice una barra desgajadora siempre que sea posible. Si utiliza cuñas de tala, asegúrese de no ejercer una carga excesiva sobre la bisagra cuando las golpee para insertarlas.
Tenga cuidado con las ramas secas que puedan caer, y tenga en cuenta que la parte superior del árbol podría romperse y precipitarse hacia atrás al caer el árbol.
La seguridad es lo primero La tala de un árbol muerto es especialmente peligrosa y solo debe realizarla una persona con los conocimientos y la experiencia suficientes. Planifique detenidamente la tala y tenga en cuenta todos los riesgos que conlleva.
Para talar un árbol debilitado de manera controlada, aplique la misma técnica que para la tala direccional de árboles sanos con muesca direccional, corte de derribo y bisagra. Sin embargo, como la madera está muy debilitada o falta parcialmente en la bisagra, debe talar el árbol en su dirección de derribo natural o asegurarlo con cuerdas.